El
color está cargado de información y es una de las experiencias
visuales más penetrantes que todos tenemos en común. (D.A Dondis,
1973). Esa experiencia visual es la que se percibe en esta trilogía
del color, que es un claro ejemplo de ello. Es interesante como se
manejan los colores de manera que, curiosamente, los colores que más
predominan en cada película, son los mismos de su nombre. Aquí, se
hace fácil atribuir significados a los colores, pues como es sabido,
muchas veces solo con el uso de ellos, se logra comunicar desde una
idea, una información hasta una emoción. En este caso, el azul que
predomina denota un toque de frialdad, sin que el personaje hable,
con la utilización de ese color podemos ver el ambiente hostil, el
blanco, denota en este caso, un ambiente de inocencia por parte de
Karol, personaje principal y el rojo, enmarca un ambiente de
intensidad y energía.
Si
se miran la primera (azul) y la tercera (rojo), se resalta lo
importante que es la claridad y la oscuridad para la percepción del
entorno, pues en ellas se juega con la representación tonal y se
muestran desde un azul claro hasta uno oscuro y de la misma manera se
hace con el rojo. En la segunda película (blanco), no se puede
percibir muy bien los tonos precisamente porque el blanco y el negro
son los colores usados para aclarar u oscurecer los demás colores.
En este caso, el uso de la luz, ayuda a que percibamos los grados
tonales, y aquí, en estas tres películas, si que se maneja muy bien
su uso (la luz), tanto la entrada de la luz como su ausencia, ayudan
a enfatizar la escena. Muchos momentos de tensión se pueden percibir
gracias a la luminosidad que ocupa la pantalla donde se combinan
degradados de luz (colores) que crean una gran fuerza expresiva y
resaltan en la mayoría de las ocasiones, las expresiones y emociones
que se pretenden dar a conocer por medio de los personajes y la
situación específica.
De
la misma manera, como en estas películas se pasa de la luz a la
oscuridad y de la oscuridad a la luz en determinadas ocasiones y de
manera rápida, se crea una posimagen o imagen persistente, es decir,
nuestro ojo se fija durante mucho tiempo sobre una información
visual cualquiera y al sustituir ese objeto o información por un
campo blanco y vacío, vemos en él la imagen negativa. Esto pasa con
frecuencia en azul y blanco, en azul pasa tres veces cuando el fondo
se vuelve completamente negro y en blanco, varias veces el fondo se
vuelve de ese color (blanco).
Así
mismo, en las tres películas se nota la difusión de la imagen para
resaltar un plano en particular, un ejemplo de ello es cuando el
personaje esta en primer plano, cerca de la pantalla, y el fondo
aparece de manera borrosa o viceversa. Esa difusión crea un punto
focalizador ya sea el personaje con sus emociones o el fondo que
enmarca el entorno donde se llevan a cabo las acciones. A su vez, se
ven imágenes donde se resalta el contorno, esto se percibe
claramente en rojo, en la escena en la que está el fotógrafo y la
modelo observando las fotos, los dos se acercan de frente y sus
cuerpos se vuelven negros, completamente negros, ahí se percibe
claramente la silueta de los dos cuerpos.
No
se puede dejar de lado lo positivo y negativo que constantemente se
esta resaltando a lo largo de las películas, es decir, intercalar
puntos oscuros en campos claros o puntos blancos sobre fondos
oscuros. Esto sirve para centrar un punto de focalización dominante
y otro con mayor pasividad.
En
la primera película (azul), se siente casi que a flor de piel el uso
de la textura, cuando la protagonista raspa su mano contra esa pared
de piedra y cemento, si bien nosotros como espectadores no la podemos
tocar pero esas cualidades ópticas hacen ver tan real la escena que
se siente como ese dolor y pareciera que fuera uno el que estuviera
en esa situación. Del mismo modo, también se puede ver la textura
en el movimiento del agua de la piscina.
En
la tercera película, se encuentran algunas imágenes donde podemos
evidenciar nuestro mundo dimensional en donde, la perspectiva nos
produce efectos visuales especiales de ese entorno natural. De esa
manera, por ejemplo, en las imágenes en las que muestran paisajes,
se puede representar fácilmente la distancia, el punto de vista, el
punto de fuga y la línea del horizonte.
Del
mismo modo, en esta tercera película, se manejan mucho las escalas
donde los elementos visuales se modifican unos a otros. Esto lo
podemos observar en la primera escena de la película Rojo donde la
cámara nos avanza de manera rápida como si estuviéramos metidos
dentro de un cable de teléfono o también, cuando la protagonista
entra en la casa del viejo y la cámara va recorriendo los espacios
de la casa; es así, como en estas imágenes podemos ver tanto lo que
está más cerca como lo que está más lejos. Ahí pareciera como si
se tratara de hacer un proceso de acercamiento.
Las
tres películas manejan imágenes asimétricas, ya que cada unidad
situada a un lado de la línea central no corresponde exactamente a
otra en el otro lado, es decir, si la imagen se dividiera por la
mitad (eje axial), las imágenes no están distribuidas igualmente.
Pero por otro lado, sí se puede decir que las tres películas
emplean la asimetría en sus imágenes (no se posee el mismo peso de
ambos lados, las imágenes no son iguales trazando el eje axial) lo
cual relaja las escenas dejando atrás ese orden y generando una
sensación mucho más real.
En
suma, esta trilogía transmite no solamente con el sonido (que de
hecho también hace parte fundamental en los filmes) y la actuación
de los personajes sino que también emplea, como ya se ha enunciado
anteriormente, un gran poder de transmisión con el uso de la
sintaxis de la imagen, ya que muchas escenas dicen más con lo que
podemos percibir a través de los ojos.