Yo
nací el 31 de agosto de 1989 a las 5:15 de la tarde en la clínica
San Luis en Bucaramanga. Mis padres se llaman Alba Rocío Rodríguez
y Edgar Prada Granados (el cual solo sirvió para hacerme porque
nunca asumió su rol de padre) y tengo tres hermanos menores: Didier
Prada Rodríguez, Ivana Prada Rodríguez y Melanie Niño Rodríguez
quien es la menor y es hija de mi padrastro Nelson Niño Cornejo el
cual ha hecho las veces de papá para mí y mis otros hermanos.
Fui
al colegio por primera vez a mis tres años de edad, lo curioso es
que ese día se suponía que como es usual, los niños lloran porque
sus padres los dejan allá en la escuela, en mi caso mi mamá fue la
que se quedó llorando porque yo entré a estudiar. El colegio se
llama, digo se llama porque todavía existe, Chiquilladas y queda en
Cañaveral, ahí cursé desde pre-escolar hasta cuarto grado de
primaria, yo pertenecía al grupo de danzas y todos los años
representaba al colegio en las olimpiadas matemáticas sumado a ello,
siempre izaba bandera y todos los años me dieron mención de honor
por excelente rendimiento académico. En ese lugar pasé los mejores
años de mi vida y conocí gente muy agradable.
Desde
quinto primaria en adelante, las cosas fueron un poco diferentes ya
que económicamente la situación no era igual a los años
anteriores. Por consiguiente, ese grado lo cursé en una escuela
llamada Divino Salvador ubicada en el Diamante II, allá también
obtuve mención de honor por buen rendimiento académico. Después,
presenté el examen de admisión en el colegio INEM de Bucaramanga
ubicado en Provenza y pasé, entonces, allá cursé desde sexto hasta
onceavo grado. En ese colegio, también pertenecí al grupo de
danzas, al equipo de voleibol y todos los años gané mención de
honor al igual que en los colegios anteriores. Cabe mencionar que me
gradué en el año 2006 de la rama PBI (idiomas), es decir, soy
bachiller académico con énfasis en idiomas.
Luego,
estudié técnico en auxiliar de enfermería en Eforsalud, entré en
el año 2007 y como solo dura 3 semestres esa carrera, me gradué a
finales del año 2008 después de haber hecho un diplomado en
farmacología. Allá en Eforsalud conocí gente con la que todavía
mantengo contacto, recuerdo, que estudiando allá, fue la primera vez
que entré a una discoteca cuando solo tenía 17 años. Estudiando
enfermería aprendí muchas cosas, hice prácticas en el Hospital
Universitario, en la Clínica Comuneros y en la Clínica Materno
Infantil San Luis.
Después,
en el año 2009, comencé a trabajar en un supermercado y
simultáneamente empecé a estudiar diseño gráfico en la UDI,
estudiaba de lunes a viernes de 8 de la mañana a 12 del mediodía y
trabajaba en las tardes de 3 a 9:30 de la noche. Los únicos días
que no trabaja eran los martes y los jueves porque entrenaba voleibol
con el equipo de la universidad. Para poder entrar a estudiar esa
carrera cometí el peor error de mi vida: sacar un préstamo con el
icetex (el cual todavía me tiene amarrado, pagándolo). Cuando iba
en tercer semestre, no pude seguir estudiando allá, pues entre lo
caro que eran los materiales y el poco tiempo que me quedaba para
dedicarle a mis trabajos manuales, se reunieron todas las razones
para retirarme.
Entonces,
decidí inscribirme a estudiar Idiomas en la UIS, al fin y al cabo
tenía bases sólidas desde el colegio. Pasé y entré a estudiar a
principios del año 2011, en esta universidad he encontrado personas
muy valiosas que han estado conmigo en los momentos más difíciles,
y estudiando idiomas he aprendido muchas cosas que antes desconocía,
con la literatura por ejemplo, he aprendido a ver el mundo de una
manera diferente, con otros ojos como por así decirlo. Todavía
trabajo (desde los 19 años nunca he dejado de hacerlo) para costear
los gastos de la universidad y en los ratos libres le ayudo a mi mamá
en su negocio: un micromercado.
Actualmente
entro a cursar séptimo semestre de licenciatura en español y
literatura en la UIS, de lo cual me siento muy orgulloso y espero
graduarme lo más pronto posible e iniciar mi maestría en semiótica.
No
se puede dejar de lado que, aparte del estudio que siempre ha sido
muy importante para mí, también jugaba mucho. Recuerdo que me
gustaba jugar venados y cazadores, el escondite, las maras, ir a
piscina, bajar al monte del conjunto a ¨pescar¨ peces, el ponchado
y policías y ladrones; como en mi infancia no existía el Facebook
ni el Messenger y no habían celulares con redes sociales, pude
disfrutar más de la compañía de mis amigos y los ratos que pasaba
con ellos, eran momentos de calidad en los cuales uno cuando se
entraba a la casa (tipo 7 de la noche porque mi nona me entraba pues
para ella a esa hora ya era muy tarde para que un niño estuviera en
la calle) lo único que añoraba era que fuera el otro día para
volver a salir de nuevo a jugar con ellos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario