viernes, 18 de abril de 2014

Contraste entre las películas: azul, blanco y rojo, la trilogía del color

El color está cargado de información y es una de las experiencias visuales más penetrantes que todos tenemos en común. (D.A Dondis, 1973). Esa experiencia visual es la que se percibe en esta trilogía del color, que es un claro ejemplo de ello. Es interesante como se manejan los colores de manera que, curiosamente, los colores que más predominan en cada película, son los mismos de su nombre. Aquí, se hace fácil atribuir significados a los colores, pues como es sabido, muchas veces solo con el uso de ellos, se logra comunicar desde una idea, una información hasta una emoción. En este caso, el azul que predomina denota un toque de frialdad, sin que el personaje hable, con la utilización de ese color podemos ver el ambiente hostil, el blanco, denota en este caso, un ambiente de inocencia por parte de Karol, personaje principal y el rojo, enmarca un ambiente de intensidad y energía.
Si se miran la primera (azul) y la tercera (rojo), se resalta lo importante que es la claridad y la oscuridad para la percepción del entorno, pues en ellas se juega con la representación tonal y se muestran desde un azul claro hasta uno oscuro y de la misma manera se hace con el rojo. En la segunda película (blanco), no se puede percibir muy bien los tonos precisamente porque el blanco y el negro son los colores usados para aclarar u oscurecer los demás colores. En este caso, el uso de la luz, ayuda a que percibamos los grados tonales, y aquí, en estas tres películas, si que se maneja muy bien su uso (la luz), tanto la entrada de la luz como su ausencia, ayudan a enfatizar la escena. Muchos momentos de tensión se pueden percibir gracias a la luminosidad que ocupa la pantalla donde se combinan degradados de luz (colores) que crean una gran fuerza expresiva y resaltan en la mayoría de las ocasiones, las expresiones y emociones que se pretenden dar a conocer por medio de los personajes y la situación específica.
De la misma manera, como en estas películas se pasa de la luz a la oscuridad y de la oscuridad a la luz en determinadas ocasiones y de manera rápida, se crea una posimagen o imagen persistente, es decir, nuestro ojo se fija durante mucho tiempo sobre una información visual cualquiera y al sustituir ese objeto o información por un campo blanco y vacío, vemos en él la imagen negativa. Esto pasa con frecuencia en azul y blanco, en azul pasa tres veces cuando el fondo se vuelve completamente negro y en blanco, varias veces el fondo se vuelve de ese color (blanco).
Así mismo, en las tres películas se nota la difusión de la imagen para resaltar un plano en particular, un ejemplo de ello es cuando el personaje esta en primer plano, cerca de la pantalla, y el fondo aparece de manera borrosa o viceversa. Esa difusión crea un punto focalizador ya sea el personaje con sus emociones o el fondo que enmarca el entorno donde se llevan a cabo las acciones. A su vez, se ven imágenes donde se resalta el contorno, esto se percibe claramente en rojo, en la escena en la que está el fotógrafo y la modelo observando las fotos, los dos se acercan de frente y sus cuerpos se vuelven negros, completamente negros, ahí se percibe claramente la silueta de los dos cuerpos.
No se puede dejar de lado lo positivo y negativo que constantemente se esta resaltando a lo largo de las películas, es decir, intercalar puntos oscuros en campos claros o puntos blancos sobre fondos oscuros. Esto sirve para centrar un punto de focalización dominante y otro con mayor pasividad.
En la primera película (azul), se siente casi que a flor de piel el uso de la textura, cuando la protagonista raspa su mano contra esa pared de piedra y cemento, si bien nosotros como espectadores no la podemos tocar pero esas cualidades ópticas hacen ver tan real la escena que se siente como ese dolor y pareciera que fuera uno el que estuviera en esa situación. Del mismo modo, también se puede ver la textura en el movimiento del agua de la piscina.
En la tercera película, se encuentran algunas imágenes donde podemos evidenciar nuestro mundo dimensional en donde, la perspectiva nos produce efectos visuales especiales de ese entorno natural. De esa manera, por ejemplo, en las imágenes en las que muestran paisajes, se puede representar fácilmente la distancia, el punto de vista, el punto de fuga y la línea del horizonte.
Del mismo modo, en esta tercera película, se manejan mucho las escalas donde los elementos visuales se modifican unos a otros. Esto lo podemos observar en la primera escena de la película Rojo donde la cámara nos avanza de manera rápida como si estuviéramos metidos dentro de un cable de teléfono o también, cuando la protagonista entra en la casa del viejo y la cámara va recorriendo los espacios de la casa; es así, como en estas imágenes podemos ver tanto lo que está más cerca como lo que está más lejos. Ahí pareciera como si se tratara de hacer un proceso de acercamiento.
Las tres películas manejan imágenes asimétricas, ya que cada unidad situada a un lado de la línea central no corresponde exactamente a otra en el otro lado, es decir, si la imagen se dividiera por la mitad (eje axial), las imágenes no están distribuidas igualmente. Pero por otro lado, sí se puede decir que las tres películas emplean la asimetría en sus imágenes (no se posee el mismo peso de ambos lados, las imágenes no son iguales trazando el eje axial) lo cual relaja las escenas dejando atrás ese orden y generando una sensación mucho más real.

En suma, esta trilogía transmite no solamente con el sonido (que de hecho también hace parte fundamental en los filmes) y la actuación de los personajes sino que también emplea, como ya se ha enunciado anteriormente, un gran poder de transmisión con el uso de la sintaxis de la imagen, ya que muchas escenas dicen más con lo que podemos percibir a través de los ojos. 

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