lunes, 8 de septiembre de 2014

Crónica # 3: personaje 

Carolina

Eran alrededor de las diez de la mañana, estaba yo aquel domingo en mi puesto de trabajo: la caja registradora más cercana a la puerta del micro mercado. Hace ya un tiempo no la veía, una amiga muy particular ¨Carolina¨.

En ese preciso momento, no sonaba el teléfono para los domicilios, lo que indicaba que no tenía nada que hacer. Me senté un rato a descansar y seguido a eso volteé mi cara para mirar hacia afuera del negocio, cuando la vi; Carolina pasaba en frente del micro mercado.  Ella me vio inmediatamente al voltearme, se acercó a mí y me dijo- hola, tiempo sin verte, voy a piscina acá con Carlos, ¿a qué hora sales?, yo me voy con usted para su casa y hablamos un rato-, yo le dije que salía a las dos y que la esperaba a esa hora ahí en la entrada del negocio.

A la una y treinta llegó Carolina a la entrada del micro mercado, me esperó hasta las dos y, después, nos dirigimos a mi casa caminando. Cuando llegamos había arroz con pollo, como Carolina no había almorzado, serví para los dos y nos sentamos a almorzar. Ella se veía desganada, comía como por no dejarme el arroz servido, por el contrario, yo comía como si no hubiera más comida en el mundo. Empecé a preguntarle cosas sobre su vida: que qué había hecho en todo ese tiempo sin estudiar, que dónde estaba viviendo, qué si tenía trabajo; ella respondía a todas mis preguntas, pero cuando le pregunte acerca del trabajo, cambió su semblante y me dijo- estuve en San Gil, precisamente haciendo eso ¨buscando trabajo¨ pero…-, se quedó callada y se le aguaron un poco los ojos, ¨ ¿Pero qué?¨ le dije. Ella bajó el tono de la voz, pues no estábamos solos en la casa y enseguida me dijo –me violaron-. Devolví la cucharada de arroz que estaba a punto de meterme a la boca, ¨con eso no se juega Carolina¨ le dije, pero ella me hizo saber que era verdad porque me miró con una tristeza que nunca había visto, mientras dejaba caer una lágrima sobre su mejilla.

¨ ¿Cómo así Carolina?¨  le pregunté de nuevo. Ella dejó su plato en la mesa y comenzó a contarme: ¨A raíz de lo que le pasó a mi nona, me tocó irme para donde mi mamá, al norte; allá todo es muy diferente, el estilo de vida es otro cuento. Me tocó retirarme de la universidad porque en realidad no podía pagarla más, me dolió mucho, usted más que nadie sabe todo por lo que he tenido que pasar por mi carrera y precisamente por no perderla fue que me pasó esto que pretendo contarle. No me quería retirar de la universidad, ya lo había hecho dos veces antes y no quería arriesgarme más, entonces, como no encontraba trabajo de fines de semana, mi mamá me recomendó un bar en San Gil. En ese momento la interrumpí y le dije- ¿un bar, qué hacen allá?, ella me respondió- las chicas bailan, meserean y algunas complacen a los clientes-, ¨un puteadero¨ le dije, ¨digamos que si¨ me respondió.

Yo estaba dispuesta a hacer lo que fuera por salvar mi carrera (lo decía con voz entrecortada, se notaba que le dolía mucho hablar de eso), entonces, el viernes de esa misma semana en la que mi mamá me dijo lo del trabajo en el bar, empaqué mi maleta como con dos mudas de ropa y me fui para San Gil a eso de las seis de la tarde, lo peor de todo es que no llevaba un peso, solo para los pasajes pretendiendo que me dieran trabajo de una vez¨. En ese momento, yo me preguntaba por qué la mamá le recomendaría un trabajo así y recordé que, tiempo atrás, Carolina me había contado la historia de su mamá, muy dura por cierto; en la cual me contó que la señora en la juventud ganaba dinero de esa manera: trabajando en los bares, complaciendo a los clientes.

Mientras yo pensaba, Carolina seguía contándome: ¨ cuando llegué a San Gil, paré en una tienda a comer, pues no había almorzado. Me comí dos empanadas con un  jugo néctar, pagué, y saliendo del lugar, estaba estacionado un moto taxista; yo me acerqué a él y le dije- oye, tú sabes ¿dónde queda el bar Bariloche?-, él me miró extrañado, ¨y eso, ¿por qué la pregunta?¨ me dijo, ¨voy a trabajar allᨠle respondí. Inmediatamente me dijo que me subiera a la moto y nos fuimos camino al dichoso bar.

Eran las nueve y cuarenta y cinco más o menos cuando llegamos al bar, me bajé y le pedí al muchacho que me esperara un poco mientras entraba y hablaba acerca del trabajo. Tan pronto entré al lugar había mucho ruido, muchachas bailando en unos tubos y hombres en las mesas observando a las chicas; me dirigí hacia un tipo de barra y estaba una muchacha atendiendo ¨a la orden¨ me dijo, yo le comenté que venía para lo del trabajo porque me habían dicho que necesitaban muchachas; ella me observó y me dijo que cumplía con los requisitos pero que tenía que esperar hasta el otro día para hablar directamente con el jefe. En ese momento pensé que me tocaría quedarme por ahí en una banca, pues pretendía tomar el trabajo lo más rápido posible ya que la paga era buena¨. En ese instante le dije- Carolina ¿tú de verdad pensabas hacer eso?- y ella me respondió sin reparo que tenía que salvar su semestre.

Carolina calló por unos segundos, pensé que no seguiría contándome, pero no fue así, siguió: ¨Cuando salí de allí, el moto taxista me esperaba como le había pedido, le dije que me tocaría quedarme esa noche por ahí en el parque en una banca porque no tenía plata ya que el jefe no estaba y él era el encargado de contratarme. El muchacho me dijo que no me preocupara, que fuéramos a dar una vuelta que él me iba a mostrar San Gil para que lo conociera y pues yo acepté. De inmediato la interrumpí y le dije- cómo te vas a poner a dar vueltas con alguien que no conoces, en un lugar que no conoces, donde puede pasar cualquier cosa y sin tener un solo contacto Carolina ¿qué te pasó?-, ¨sí, yo sé que las cagué, en ese momento todo se me hizo fácil, uno piensa que todas las personas son como uno y resulta que no es así¨ me dijo y en seguida prosiguió.

¨Acepté, me subí de nuevo a la moto. Primero me llevó a un bar donde me tomé como dos cervezas, después a otro donde me tomé otras dos; en el tercero, conocí dos amigas suyas que eran lesbianas, muy vacanas por cierto y con ellas me tomé otras dos. ¡Ummm!, recuerdo que ellas me llevaron a la barra del bar y nos tomamos un shot; bebida que me cayó mal, es decir, que me alteró los tragos. Tan pronto me sentí muy mareada, se lo dije a él, y lo que hizo fue sacarme del bar para la acera de enfrente donde había como un pastal; allí vomité y se me pasó un poco. Nos devolvimos al bar, me despedí de las muchachas y nos fuimos a un cuarto bar donde me tomé una cerveza, él ya estaba muy prendido y también se tomó solo una. Después nos fuimos en la moto y nos caímos, me pegué duro, pero menos mal no nos pasó nada. Nos volvimos a montar y me dijo que si quería me quedara en su casa y no tuve reparo pues, al fin y al cabo no tenía donde quedarme.
   
Llegamos en veinte minutos más o menos a su casa; cuando entramos,  él me mostró el cuarto donde me podía quedar y también dónde estaba la cocina, su cuarto y el baño. Cada quien se fue para sus respectivos cuartos, yo tenía mucho calor, entonces, entré al baño y me quité la ropa para meterme a bañar, de lo prendida que estaba, no me percaté de cerrar bien la puerta del baño, quedó entreabierta mejor dicho. Abrí la llave de la ducha y de pronto  sentí que se trancó la puerta; él entró, corrió la cortina de la ducha y me cogió de los brazos, ¨ ¿qué hace aquí?¨ le dije, ¨silencio¨ me respondió tomándome más fuerte. Me pegó contra la pared y empezó a darme besos por el cuello y yo le decía ¨no por favor¨ y lloraba, él me decía ¨ahora va a llorar, no haga show¨; yo traté siempre de oponerme pero él tenía mucha fuerza y… me violó¨. Tan pronto dijo ¨me violó¨, Carolina dejo caer otra lágrima. En ese momento, me dio mucha rabia, ¨mucho hijueputa, claro como la vio sola y tomada se aprovechó¨ le dije.

Ella continuó contándome: ¨Al otro día, me levanté, me vi al espejo, tenía los senos todos morados y me dolía todo el cuerpo. Cuando él se levantó, hice como si nada y le saqué el numeró de celular y me fui. Como pude me vine para Bucaramanga, llegué y lo denuncié; me tomaron todos los exámenes y gracias a Dios me salieron bien, lo único fue que me prendió una infección vaginal porque no usó condón¨. ¨ ¿No usó condón?, que asco ese malparido, que porquería, quién sabe con cuántas viejas se habrá acostado, y hasta con hombres¨ le dije, ella me asintió con la cabeza y me dijo ¨menos mal que yo hace cuatro meses me puse las bandas anticonceptivas en el brazo que tienen un noventa y nueve por ciento de confiabilidad, si no ¿se imagina que hubiera quedado embarazada?¨.


En la fiscalía le abrieron proceso, le dijeron que lo llamara para sacarle información ya que solo sabe que se llama Richard. Esta es la hora y Carolina todavía no ha sido capaz de llamarlo, dice que le da miedo y que la verdad quiere dejar todo eso atrás porque sabe cómo es la justicia en este país. 

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